Todo empezó con miedo, pero también con propósito
Durante la pandemia, muchas puertas se cerraron, pero para Patricia Valenzuela se abrió una ventana: la de su casa, que se transformó en aula, refugio y punto de partida de su emprendimiento educativo. Con una bebé de un año y un país en pausa, decidió iniciar “Mentes Brillantes” en Vistas Cerrro Grande, un espacio de asesorías académicas para niños que no podían asistir a clases y que además enfrentaban dificultades de aprendizaje.
Sin experiencia previa en negocios y con muchas dudas sobre precios, organización o estructura, Patricia inició con lo más valioso que tenía: el deseo de ayudar y la urgencia de generar un ingreso sin dejar a su hija al cuidado de terceros.
Capacitación, estructura… y mucha fortaleza emocional
La clave para transformar su idea en un verdadero emprendimiento fue acercarse al Centro de Capacitación de Desarrollo Humano y Género, donde recibió no sólo herramientas técnicas como la elaboración de un plan de negocios o cálculo de punto de equilibrio, sino también acompañamiento emocional en los momentos en que pensó en rendirse.
“Muchas veces quise cerrar y salir a buscar trabajo, pero ahí me ayudaron a ver que podía hacer crecer esto, sólo necesitaba otra perspectiva”
Y esa nueva visión la llevó a profesionalizar su servicio, darse cuenta de que cobraba por debajo del valor real y reestructurar su modelo de atención. Hoy, “Mentes Brillantes” es un proyecto sólido que atiende a más de 37 niños a la semana en pequeños grupos de 3 a 4 por hora, respetando los ritmos y necesidades de cada uno.
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Más que clases: se trata de transformar vidas
“Mentes Brillantes” no es únicamente un negocio: es un espacio seguro para niños con TDA, dislexia, problemas de lenguaje o simplemente con rezago académico. Además, Patricia se capacitó en logopedia para brindar intervenciones en el área del lenguaje.
Pero el impacto va más allá del aula. Patricia logró generar empleo para otra madre de familia que hoy también imparte clases sin descuidar a sus hijos. Y ha sido testigo de cómo cambia la autoestima de sus alumnos: “Los papás me dicen que ahora sus hijos quieren hacer la tarea, quieren ir a la escuela… y eso para mí lo vale todo”.
En una colonia de bajos recursos como Vistas Cerro Grande, donde muchos padres no saben cómo ayudar a sus hijos con tareas o ni siquiera terminaron la escuela, Patricia supo adaptar sus precios y servicios para que el aprendizaje estuviera al alcance de todos.
Emprender con propósito: un llamado a otras mujeres
Patricia es clara: emprender no es únicamente “vender y ya”. Requiere valentía, esfuerzo y, sobre todo, una red de apoyo que te recuerde que sí es posible vivir de tu talento y tus ideas. Por eso, le dice a otras mujeres: “No se conformen. No sabemos de lo que somos capaces hasta que lo intentamos. Busquen ayuda, capacítense. Todo negocio necesita estructura, pero también corazón”.
¿Por qué importa para Chihuahua?
Historias como la de Patricia nos recuerdan que el emprendimiento no sólo impulsa la economía, también transforma comunidades. “Mentes Brillantes” no sólo educa: rescata el amor por el aprendizaje, genera empleos y fortalece el tejido social en uno de los sectores más vulnerables de Chihuahua.
En un estado donde la educación y el emprendimiento son clave para el desarrollo, Patricia es un ejemplo claro de que, con apoyo, visión y mucha voluntad, se puede construir algo grande… empezando desde casa.

















