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Vinte rompe el tablero y este es el nuevo mapa de la vivienda

El sector de la vivienda en México vive un punto de inflexión. Tras años de crisis, desaceleración hipotecaria y desafíos estructurales, nuevas estrategias están redefiniendo cómo se conciben y producen las casas en el país. En este contexto, Vinte —una empresa que durante dos décadas ha apostado por modelos integrales y visión de largo plazo— dio un giro histórico con la compra de Javer en 2024, convirtiéndose en la viviendera más grande de México. Esta operación no sólo transformó a la empresa; también reconfiguró las expectativas del mercado sobre lo que significa desarrollar vivienda de calidad, a escala, y con sostenibilidad.

Un movimiento que cambió el tablero: Vinte compra Javer

El anuncio de la adquisición de Javer tomó por sorpresa a muchos: una empresa más pequeña absorbía a una con el triple de producción anual. En 2023, Javer escrituró más de 12,201 viviendas, mientras que Vinte produjo 3,800. Sin embargo, el valor del modelo de negocio fue determinante. Vinte generaba más EBITDA por vivienda gracias a su enfoque en casas integrales, servicios complementarios y un modelo financiero disciplinado que la mantuvo sólida incluso en épocas de crisis.

La operación de $4,290 millones de pesos, financiada 50% con acciones y 50% con deuda de largo plazo respaldada por instituciones como IFC y BBVA, multiplicó el tamaño de Vinte: la colocó como la tercera desarrolladora más grande de Latinoamérica. Con reservas de tierra extensas, acceso a financiamiento competitivo y la velocidad de construcción de Javer, la empresa quedó posicionada para atender una demanda nacional que supera las 650,000 viviendas nuevas por año.

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Lecciones del pasado: una industria que ya vivió terremotos

Cualquier análisis del sector vivienda en México arrastra inevitablemente el recuerdo de Homex, Geo y Urbi: desarrolladoras que apostaron por crecimientos masivos sin una estrategia sostenible. Fraccionamientos remotos, mala planeación urbana y cambios en reglas contables detonaron su caída y dejaron una marca profunda en la confianza del mercado.

Pero hoy el contexto es distinto. La política de vivienda ha evolucionado, los esquemas de financiamiento se han sofisticado y la demanda es más fuerte que nunca: el empleo formal pasó de 13.8 millones en 2007 a 23.8 millones en 2025. La oferta, en cambio, se redujo drásticamente: de casi 700,000 viviendas anuales a unas 130,000 hoy. Ese desbalance explica por qué los precios han crecido casi al doble de la inflación en la última década.

En este terreno, empresas que aprendieron del pasado —como Vinte, Ruba, Sadasi o Cadu— están capturando un mercado que exige calidad, cercanía, equipamiento y soluciones más inteligentes.

Innovación y diferenciación: el modelo que propone Vinte

Desde sus primeros proyectos, Vinte apostó por fraccionamientos con servicios integrados: desde internet al entrar a casa hasta amenidades diseñadas para crear comunidad. Hoy, esa visión se fortalece con Xante, su plataforma para compra y reventa de vivienda usada, que promete liquidez inmediata a sus clientes.

Aunque hoy tiene pocas propiedades en inventario, su objetivo es habilitar un mercado secundario para las más de 400,000 viviendas construidas entre Javer y Vinte históricamente. Con márgenes que duplican los del negocio principal, Xante podría representar hasta el 20% de la utilidad total de la empresa hacia 2030, transformando no solo la forma en que se compra vivienda nueva, sino también cómo se comercializa la vivienda usada en México.

El desafío de construir a gran escala en un entorno complejo

BBVA Research lo resume bien: el mercado enfrenta desaceleración hipotecaria, aumento en montos promedio y restricciones tanto en banca como en organismos públicos. A eso se suman los costos de materiales, la disponibilidad de mano de obra, la complejidad de permisos locales y la necesidad de mantener una operación eficiente y rentable.

Aun así, la demanda sigue firme. Ruba, por ejemplo, creció más de 22% en unidades durante los primeros meses de 2025, superando en ingresos a la propia Vinte gracias a precios promedio más altos. Esto confirma que el mercado, bien atendido, sigue ofreciendo una ruta clara para crecer.

El reto está en equilibrar velocidad, calidad y sostenibilidad. Y en construir no sólo viviendas, sino ciudades funcionales.

Comparativa de casas escrituradas en 2023

Esta gráfica ilustra la dimensión del reto y la oportunidad que representaba integrar a Javer dentro de Vinte.

Casas escrituradas en 2023 — Javer vs Vinte

El futuro de la vivienda mexicana está en la visión, no en el tamaño

La historia reciente del sector vivienda enseña que crecer rápido no garantiza éxito. Lo que sí genera resultados es crecer con estrategia, entendiendo al cliente, integrando servicios y cuidando la salud financiera del negocio. Vinte parece haber aprendido esa lección y ahora, con la integración de Javer y Derex, apuesta por un modelo capaz de atender volúmenes gigantes sin repetir errores del pasado.

México necesita cientos de miles de viviendas nuevas cada año. Las empresas que logren construirlas con calidad, cercanía, equipamiento y visión de largo plazo dominarán el mercado: transformarán la vida de millones de familias. Y eso, más que un logro empresarial, es una responsabilidad histórica.