Esta semana el INEGI publicará la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024, un termómetro clave para entender cómo viven las familias mexicanas. Y si yo fuera el mejor asesor del mundo para México, te diría algo simple pero contundente:
La verdadera palanca para mejorar nuestra calidad de vida está en tener más empleos formales y lograr que las pymes crezcan.
Ser formal vale oro (y no es exageración)
Los datos son clarísimos:
• Siete de cada 10 pesos que entran a los hogares provienen del trabajo (ENIGH 2022).
• Un empleo formal paga, en promedio, el doble que uno informal (ENOE).
• Y por cada 100 pesos que produce la economía, los trabajadores formales generan 75, mientras que los informales sólo 25 (INEGI).
La formalidad significa mejores sueldos, prestaciones, seguridad social y más estabilidad. Y beneficia a la persona: fortalece al país porque aporta impuestos que regresan en infraestructura, educación y servicios.
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Chihuahua capital, ejemplo a seguir
Hoy, Chihuahua capital es la segunda ciudad más formal de México. En junio de 2025 registró una tasa de informalidad de 25.1 %, superada únicamente por Saltillo (24.4 %) y muy por encima del promedio nacional.
Esto demuestra que sí se puede construir un mercado laboral más formal y competitivo. La pregunta es: ¿por qué no replicamos este modelo en todo el país?
El doble reto: formalizarse primero, crecer después
El camino no es fácil:
1. Primer reto: dejar la informalidad. Implica papeleo, trámites y, muchas veces, costos que espantan a quienes apenas arrancan.
2. Segundo reto (y el más difícil): lograr que las pymes formalizadas realmente crezcan.
Ahí está el cuello de botella. Muchas pequeñas empresas cumplen con sus obligaciones, pero se quedan estancadas porque:
• Los bancos no las ven atractivas.
• No hay programas nacionales sólidos para impulsarlas.
• Falta acompañamiento financiero y técnico.
¿Qué nos falta? Un banco para las pymes (en serio)
Imagina un banco del desarrollo de pymes con tres objetivos claros:
• Crédito accesible y a la medida de las pequeñas empresas.
• Asesoría real para crecer, exportar e innovar.
• Programas públicos que conecten formalización con escalabilidad.
Esto debería ser parte de una estrategia nacional, incluida en el Paquete Económico 2026, con programas presupuestales dedicados a generar empleo formal y hacer escalar a las pymes.
El efecto multiplicador
Más empleo formal significa:
•Más ingresos en los hogares.
•Más recaudación para el Estado.
•Más innovación y cadenas productivas locales.
•Menos pobreza y desigualdad.
Chihuahua ya demostró que se puede avanzar hacia la formalidad. Ahora el gran salto es lograr que las pymes de México crezcan y se conviertan en motores de desarrollo real.
Porque formalizar es el primer paso, pero crecer es el verdadero reto. Y si queremos un México más justo y competitivo, necesitamos tomarlo en serio desde hoy.