El dato que pocos están volteando a ver
En medio de los debates sobre inflación, tasas de interés y crecimiento económico, hay un dato que pasó casi desapercibido pero que habla fuerte y claro: el 20% de lo que ingresó a la banca en México durante el último año provino del crédito empresarial. Así lo revelan datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), que muestran cómo seis de los 10 principales bancos del país generan al menos una quinta parte de sus ingresos gracias a este tipo de préstamos.
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Las empresas, el cliente consentido de la banca
Aunque las tarjetas de crédito, las hipotecas y los créditos personales suelen ser los productos más populares entre los usuarios, la realidad es que el crédito empresarial ha sido clave para los ingresos bancarios. Este tipo de financiamiento no solo mueve montos mayores, también genera relaciones de largo plazo con las compañías que buscan capital para crecer, modernizarse o sobrevivir a momentos difíciles.
La rentabilidad que ofrece el crédito a empresas ha convertido a estos productos en piezas fundamentales del portafolio de los bancos más grandes del país. Y no es para menos: una empresa con buen historial y planes sólidos representa una oportunidad segura y rentable para el sistema financiero.
México, rezagado en el uso del crédito empresarial
Sin embargo, hay un lado B en esta historia. Aunque en volumen ya representa una fuente importante de ingresos para los bancos, México es el país con menor proporción de crédito empresarial respecto a su Producto Interno Bruto (PIB) entre sus pares regionales como Chile, Colombia y Brasil.
El indicador conocido como credit-to-GDP muestra qué tanto se apoya la economía en el crédito para crecer. Y en el caso mexicano, los números indican que aún estamos lejos de usar el financiamiento como herramienta de desarrollo, sobre todo si lo comparamos con otras economías de América Latina.
Un área de oportunidad para el crecimiento económico
¿Qué significa esto? Que hay espacio —y necesidad— de que más empresas accedan a crédito. No se trata solo de que los bancos quieran prestar, sino de que exista un entorno favorable: menos trámites, mejores condiciones, incentivos para la formalidad y educación financiera que permita a las pymes dar el salto.
Impulsar el crédito empresarial no es solo una estrategia financiera, es una vía directa para detonar el crecimiento económico, fomentar la innovación y generar empleo. Más crédito bien dirigido puede traducirse en más maquinaria, más plantas, más exportaciones… y más historias de éxito empresarial mexicano.
Chihuahua también puede aprovechar la oportunidad
En estados como Chihuahua, con un ecosistema empresarial fuerte en sectores como el automotriz, aeroespacial y agroindustrial, el acceso a crédito podría marcar la diferencia entre una pyme que sobrevive y una que se convierte en líder de su industria. Los bancos, las fintech y los gobiernos locales tienen aquí una oportunidad clara: construir puentes de financiamiento a la medida del talento chihuahuense.